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A la búsqueda del texto griego original

Cuando leemos los Evangelios lo hacemos utilizando un texto escrito en castellano. Si esta lectura la hacemos en comunidad, utilizando diferentes Biblias, quizá nos sorprendamos de que cada una de ellas ofrezca pequeñas diferencias o variantes en el texto. La explicación es sencilla. El Nuevo Testamento no ha sido escrito en castellano: nos hallamos ante traducciones, por lo que pueden existir pequeñas variantes. Los textos más antiguos del Nuevo Testamento están escritos en griego. Los especialistas, a partir de los papiros y los códices más antiguos, han determinado cuál es el texto griego que puede tenerse por original (para lo cual se utiliza lo que se llama la crítica textual, que consiste en fijar el texto más antiguo, a partir de los manuscritos existentes, que tienen variantes). Puedes ver un pequeño resumen sobre los fundamentos de la crítica textual del Nuevo Testamento pinchando a continuación:

Fundamentos de la crítica textual

A partir de esta versión en griego se efectúa la traducción al castellano (o al inglés, francés, alemán, etc.).  En la aproximación a Jesús a través del texto de los evangelios que hemos emprendido, podríamos recorrer un itinerario que, desde el texto en español, pasaría por la búsqueda del original en griego, el cual nos acercaría en el tiempo al Jesús histórico.

 La búsqueda del texto griego original de cada uno de los evangelios y de los demás escritos del Nuevo Testamento no es tarea sencilla. Es posible que, antes del texto griego, existiera un texto escrito en arameo, pero sobre esto no existe acuerdo entre los estudiosos del Nuevo Testamento.  No se conserva el primer manuscrito de cada evangelio. Esto no debe sorprendernos. Los papiros, al ser una sustancia vegetal, no solían durar más de 200 años, por lo que, antes de que que se estropeara, se hacían nuevas copias.  

  En el siglo primero no existía la imprenta. Los textos se copiaban a mano. Cuando aparece el primer escrito, las copias se obtienen copiando o dictando. Así, en el proceso de transmisión aparecen manuscritos con leves diferencias en su texto, debidas a errores en el proceso de transmisión.   

 En el caso del Nuevo Testamento existen un gran número de estos manuscritos. La situación de los evangelios es mejor que la de otros textos de la antigüedad, y ello tanto por el gran número de manuscritos (4.000 por lo menos) como por los pocos años transcurridos desde que se escribieron y la fecha del manuscrito. La clara ventaja de la situación del Nuevo Testamento se aprecia con claridad si tenemos en cuenta los siguientes datos comparativos:

 

-Que más de 1200 años separan a Platón de los primeros manuscritos de sus obras que se han conservado.
-Que más de 1300 años separan a Tucidides  del más antiguo de los manuscritos conservado de s Historia de los Peloponesos.
-Que el   primer manuscrito de la Guerra de las Gálias de Julio César es posterior en 950 años al a fecha de composición.
-Que el los manuscritos de Virgilio más antiguos que se conservan son 600 años posteriores a su autor.

    A diferencia de estos escritos antiguos,  en el caso de los Evangelios hay manuscritos completos del Nuevo Testamento del siglo IV. Y papiros incluso del siglo I o II. 

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